Empeño de argollas… cuando la crisis aprieta en San Valentín
El anillo de compromiso y la argolla matrimonial es más que una joya ornamental, tiene detrás una historia que queda inmersa en una familia. Puede ser de oro o plata, pero el valor sentimental supera en mucho su valor económico, dura de generación en generación.
Sin embargo, en momentos aciagos, ante una emergencia económica, el anillo matrimonial es la primera opción a empeñar al ser los que mayor valor poseen, y en consecuencia, lograr una buena cantidad de dinero.
Aunque, a veces, el propietario se lleva una desilusión, pues descubre que lo que conserva con celo es bisutería sin ningún valor, refiere Martín Ramos, valuador del Monte de Piedad del Estado de Oaxaca.
Con más de 25 años de experiencia tasando anillos, collares, pendientes y artículos varios, Martín ha sido testigo de muchas historias entre los pignorantes, desde aquellos que se desprenden de la sortija desolados, hasta los que tras una separación o divorcio acuden a la sucursal para deshacerse de la sortija, a cambio de una cantidad de dinero y luego la dejan perder con toda intención.
La institución busca que esto no pase. Más del 80% de los pignorantes consiguen saldar el préstamo y recuperar sus joyas; los usuarios disponen de un periodo de cuatro, ocho y hasta 12 semanas para saldar la deuda.
La tasa de interés es de 1.2 y uno por ciento semanal, en alhajas y artículos varios, respectivamente. En joyas, los refrendos son ilimitados, así pueden ampliar su plazo para pagar el crédito.
Al término del plazo le siguen “días de gracias” y de resguardo al vencimiento de su boleta, para evitar que pierdan sus prendas.
Entre los principios del Monte de Piedad del Estado de Oaxaca está intentar de todas las formas posibles que los usuarios “no pierdan sus pertenencias, incluso, tienen hasta el último minuto antes de que empiece la subasta o almoneda para recuperar sus joyas”.