Actividades en cuarentena que les servirán toda la vida.
Con guarderías, colegios y universidades cerradas y el trabajo desde casa como alternativa laboral para evitar los contagios por coronavirus, es probable que las horas dentro de nuestra vivienda se hagan más largas de lo habitual. Con tanto tiempo por delante seguro que la tentación de entretenerse con una pantalla enfrente es fuerte, pero ¿por qué no aprovechar la situación para hacer con los ‘peques’ cosas con proyección, actividades que les sirvan a futuro para que cuando todo esto pase, se hagan mayores y echen la vista atrás recuerden ‘entonces aprendí a…’ o ‘aquello me sirvió para aficionarme a’? Aquí, algunas ideas.
1. Aprender las tres erres con sus propios cubos de reciclaje
Esta cuarentena tendrá un impacto notable en el consumo y aumentará la generación de residuos, según las predicciones de los expertos. Por tanto, es un momento ideal para enseñar a los niños qué significan las «tres erres» (reducir, reciclar y reutilizar), para qué sirven y cómo aplicarlas. Por ejemplo, pueden fabricar tres pequeños cubos de basura con cajas de cartón pintadas de colores (amarillo, azul y gris). En primer lugar, han hecho una manualidad con algo que han encontrado por casa (las cajas) y con ello han dotado de una segunda vida a materiales que por lo general desecharíamos. Pero además, las cajas de colores les ayudarán a aprender a depositar los envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo; el papel y el cartón en el contenedor azul y los envases de vidrio, en el gris.
Aunque no puedan salir a la calle, serán conscientes de la importancia de depositar los residuos que generamos en los contenedores adecuados.
2. Mini huerta con el hueso del aguacate y la cabeza de las zanahorias
¿A qué niño no le gusta jugar con tierra y agua? ¿Cuántas oportunidades tienen de hacerlo en la ciudad? De la tierra sacamos los alimentos que nos permiten crecer, en la tierra se enraízan los árboles que nos dan sombra y se construyen las casas que nos dan cobijo. Cada vez que nuestros hijos entierran sus manos en ella, también están echando raíces, tomando contacto con el mundo. Sin contar que trabajar la tierra cambia el ritmo, relaja y nos hace sentir parte de algo más grande que nuestra familia y entorno. Con tener macetas y un lugar donde llegue la luz solar (ya sea un balcón, una pequeña terraza o una ventana) es más que suficiente. Luego solo hay que acordarse de no tirar a la basura cosas como el hueso del aguacate ni la cabeza de las zanahorias que, tras unos días en agua, está lista para plantar.
3. La cápsula del tiempo del coronavirus
Estamos viviendo un momento histórico que nuestros hijos contarán en un futuro a sus descendientes. Por eso, y aunque son muchos los museos del mundo ya están comenzando a registrar en sus archivos la crisis del Covid-19 con fotografías, testimonios y objetos de esta época, podemos hacer en casa con los niños su propia cápsula del tiempo para ‘empaquetar’ esta situación única. Por ejemplo, invitarles a que hagan un dibujo de «mi primera pandemia» o de la familia, a que escriban algún mensaje positivo de esos que se escuchan tanto estos días («¡Todo va a salir bien!»), a que expresen por escrito también cómo se sienten y lo que harán cuando vuelvan al colegio…
Recopilar también esa pancarta del arcoíris que tenemos puesta en la ventana, hacer fotos locas en pijama o con la ropa que estamos usando en casa e imprimirlas, reunir algún recorte de periódico, revista o algún juguete y finalmente, meterlo todo en una caja, la cápsula, debidamente adornada, para conservarla en un rinconcito de un armario, en el trastero o en el desván (no hace falta que sea bajo tierra ni tras un tabique) para cuando crezcan, quieran recordar y sorprenderse a sí mismos y a otras personas con sus vivencias pasadas.
4. Ajedrez para dar mate al virus y para adquirir grandes valores
«Imagínate, hijo, que el rey blanco es el malvado coronavirus…». Uno de los efectos secundarios positivos de la pandemia es que muchos están descubriendo este juego, una de las formas más baratas y eficientes de aprovechar el tiempo. En las casas los tableros han salido de cajones y armarios, aunque de esto no hay datos oficiales. En cambio, es un hecho comprobado que el ajedrez por internet vive un auge sin precedentes. Porque no solo de series, películas e información vive el personal confinado. Incluso han surgido youtubers y profesores online, por Skype y otras plataformas. El ajedrez no sólo es bueno para la lógica, también ayuda en lo social y afectivo. Puede sacar a la luz habilidades latentes que no hayan sido desarrolladas por los medios educativos tradicionales; infunde autoconfianza y autoestima y mejora las habilidades de comunicación y comprensión y el reconocimiento de patrones y reglas. Y aún hay más: puede enseñarles los valores del trabajo duro, la concentración, la objetividad y el compromiso.
5. Fomentar la lectura, más vocabulario, comprensión… todo bueno
Al margen de lo que deban hacer los niños para no perder clase aunque estén en casa, podemos aprovechar la cuarentena leyendo. Puede que les cueste un poco o se resistan, pero podemos programar una hora al día, todos juntos tumbados en el sofá o en la cama, por ejemplo, y que luego cada miembro de la familia explique de qué va su lectura. «Sentarse a leer con ellos es la mejor forma de que se apasionen por la lectura»
Además, algunas librerías se las han ingeniado para hacer envíos a domicilio, desinfecciones previas, y propuestas originales en redes sociales para engancharse a la lectura durante el confinamiento. Leer ayuda a mantener el cerebro en forma y a que nuestra mente aguante con salud durante décadas. Entre los más pequeños ayuda a desarrollar la comprensión lectora, a ampliar el vocabulario y está relacionado con un mayor conocimiento tanto académico como práctico en los siguientes años.
6. Que el ritmo no pare en el confinamiento y adiós preocupaciones
Todos a bailar, el baile es una actividad que distrae, divierte y además permite ejercitarnos. Pongamos a los niños su música favorita y que cada uno muestre sus mejores pasos de baile. Además, es algo que también a olvidarse de problemas y preocupaciones.
Hay un aumento de los niveles de dopamina y de serotonina que son las hormonas que potencian el nivel emocional, además, nos ayuda a canalizar la adrenalina y a inducir la alegría, y eso hace que aumente nuestra vitalidad, la motivación y la ilusión
7. Magia para hablar en público y quitarse el miedo escénico
Gracias a la magia un niño puede convertirse en el rey de cualquier fiesta en cualquier lugar y en cualquier circunstancia. Las ventajas de la magia. Una, desarrollarán su memoria, ya que muchos trucos requieren memorizar ordenaciones de cartas, movimientos, guiones… Dos, desarrollarán su capacidad motora. El dominio del espacio, saber coordinar bien las manos con la mirada para dominar al público… Y tres, ¿no es verdad que todos los magos saben hablar bien en público, romper el hielo con personas desconocidas y, en general, desenvolverse mejor en el mundo?